Desde pequeña canalicé mi sentir a través de la expresión. La búsqueda constante, protagonista central en mi vida, siempre estuvo ligada al arte. Autodidacta a veces, con la guía de algún maestro otras, incursioné en la pintura siendo adolescente. Entre bastidores, pinceles y colores transcurrieron algunos años, hasta llegar al primer taller de arte que me supo contener y cobijar.
Y así, experimentando, dejándome ser, voy recorriendo el camino que me lleva hasta aquí, hasta este presente en el cual siento que al crear, la libertad es infinita. No tengo límites ni juzgamientos. El tiempo toma otra dimensión, el pincel y la espátula son una prolongación de mi Ser.
El movimiento, la música, el olor de los materiales, todo fluye y finalmente se plasma en la tela; ese instante es único e irrepetible. Mi sensibilidad, la intuición, ese violín que suena en mis oídos; todos mis sentidos están despiertos. Me emociono, me maravillo y quiero que ese momento sea eterno. Mi interior sale y se expresa, ese interior que cultivo día a día, que crece, que sufre, que se cuestiona, que tiene infinitas cosas para decir. Siento un inmenso agradecimiento a la Vida por permitirme crear.
Esto es el arte para mi. Sensaciones, quizá imposible de poner en palabras. Y tal vez, cuando veas mi obra no entiendas, o sí. Puede que sientas, que te impacte, que analices, o que estés en la misma frecuencia que yo y de alguna manera percibas parte de lo que quiero decir. O que, simplemente, leas mi alma.
Amo el arte, la posibilidad de ser yo con mi integridad; con mis carencias, con mi historia. Y todo esto que siento de manera tan profunda, tan plena, tan mía, ahora lo comparto con vos y juntos cerramos ese maravilloso círculo de ida y vuelta que nos propone la Vida.
Silvia Mandelbaum, nacida en Buenos Aires, Argentina.